Iglesia parroquial de San Juan Bautista de Jadraque

Consagrada como basílica el 15 de octubre de 1871, la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Jadraque tiene una gran importancia desde el punto de vista histórico, arquitectónico y artístico, porque fue la primera iglesia del obispado de Sigüenza que se construyó utilizando una planta de cruz latina; por su orientación norte-sur, algo muy poco habitual; y por sus grandes dimensiones, siendo la iglesia parroquial más grande de la Sierra Norte de Guadalajara. Hay constancia de la existencia de una primitiva iglesia de estilo románico del siglo XIII, pero de esta estructura solo se conserva un pequeño arco. Aunque la torre y parte de la fachada fueron construidas una década antes, la primera piedra de la nueva iglesia se puso el 28 de julio de 1692, con proyecto del arquitecto cántabro Pedro de Villa Moncalián, siendo levantada gracias a las aportaciones de José Gutiérrez de Luna “El Indiano”, el Duque del Infantado, la parroquia, el cabildo de Sigüenza y los vecinos de la villa.

Está edificada con mampostería de caliza de diferente tamaño, siendo reforzada con sillares en el basamento, contrafuertes, esquinas, y dinteles y jambas de ventanas. Destaca en el conjunto su portada de estilo manierista, con elementos ornamentales y estructurales que rompen totalmente la serenidad del clasicismo. En su interior, se aprecian tres naves de cuatro tramos, separadas por amplios arcos de medio punto. Las tres bóvedas son de medio cañón con lunetos, soportadas por gruesos pilares corintios con decoración de placas.

La decoración de bóvedas, cornisas, pilares y cúpula está realizada en yeso, destacando los altorrelieves ubicados en las pechinas que sostienen la cúpula semiesférica del presbiterio, pues es la única decoración que está policromada, y en la que se encuentran representados el Ángel de la Guarda y los tres arcángeles, motivos muy poco habituales en lugares tradicionalmente reservados a los evangelistas.

En el crucero encontramos unas rejas de hierro forjado de finales del siglo XVIII, y a los pies un coro alto de grandes dimensiones, en donde se encontraría el órgano barroco, instalado en 1733 con más de 900 tubos y desaparecido en la Guerra Civil. Bajo el coro encontramos laudas sepulcrales realizadas en alabastro y una pila bautismal de gallones cóncavos, del siglo XVI.

En la cabecera se hallaba un impresionante retablo de estilo barroco del siglo XVIII, que durante la Guerra Civil se perdió en gran parte. Por esta razón, los vecinos tomaron la decisión de comprar un retablo procedente de Carrión de los Condes (Palencia), que es el que hoy podemos ver, habiéndose conservado del primitivo solo la escultura de San Juan Bautista.

En sus capillas podemos encontrar muchas tallas: la Candelaria, Santa Águeda, San Cristóbal, San Sebastián, la Virgen del Carmen, etc., destacando la imagen de San Antón, del siglo XVIII, y el conocido como Cristo de los Milagros. En la sacristía se conserva una colección de platería de los siglos XVI al XIX; una fuente de agua en estuco del siglo XVIII procedente del desaparecido Convento de los Capuchinos; y diversas tallas y lienzos.

En la conmemoración del 150 aniversario de su consagración, la iglesia parroquial de Jadraque ha visto acondicionado su sotocoro y se abre a los habitantes de la localidad y a los visitantes para mostrar una selección de su patrimonio histórico, en el que destacan dos obras de Francisco Zurbarán: el “Cristo recogiendo sus vestiduras después de la flagelación”, que habitualmente se conserva en la sacristía, y “La Inmaculada Concepción niña”, depositado habitualmente en el Museo Diocesano de Sigüenza, y que pertenece a la Fundación Perlado Verdugo, de Jadraque.