Esta serie de doce pinturas sobre láminas de cobre firmadas por Frans Francken II (Amberes, 1581–1642), representan historias del Antiguo Testamento, basadas todas ellas en el libro del Génesis, y hoy se conservan en el Museo de Santa Cruz de Toledo. Con unas dimensiones de 57 X 78 cm, las obras conservan los marcos originales del siglo XVII, realizados en madera de pino lacada en negro, imitando ébano, todos ellos con molduras lisas excepto un ejemplar.
La serie procede muy probablemente de alguno de los conventos desamortizados en Toledo en el siglo XIX. J. Amador de los Ríos (Toledo Pintoresca, 1845) hace mención de ella al nombrar los objetos más destacados del Museo Provincial de Toledo, al igual que Parro (Toledo en la mano, 1857), quien, además, ofrece los títulos de las doce obras. También los recoge el Catálogo del Museo Provincial, editado en 1865 por la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de la Provincia de Toledo. La serie fue contemplada en el museo por el erudito belga M. J. Rousseau en su visita a la ciudad, y la recogió en su estudio «Les Peintres flamands en Espagne» (Bulletin des Commissions royales d’art et d’archéologie, 1874).
Todo el conjunto guarda muchas similitudes con otra serie del mismo artista, de dimensiones ligeramente mayores e idénticos asuntos, conservada en el Museo del Prado, y que ha sido ampliamente estudiada por Matías Díaz Padrón. En opinión de este investigador, los paisajes de la serie del Prado son obra de Alexander Keirincx (Amberes, 1600–Amsterdam, 1652), pintor especializado en las composiciones de paisajes, que colaboró con diferentes artistas.
El autor de la serie, Frans Francken II, pertenece a una conocida familia de pintores flamencos, de la que es el integrante más distinguido. Contó con un importante y prolífico taller en Amberes, el cual desarrolló una gran actividad. Se especializó en cuadritos de gabinete y cuadros de historias y alegorías bíblicas de pequeño formato, pintados sobre tabla o lámina de cobre con una gran minuciosidad y detallismo. Cultivó una pintura refinada y exótica, de colorido brillante, con abundancia de elementos anecdóticos y con tipos humanos muy característicos, vestidos con ricas ropas y en los que es frecuente el uso de turbantes orientales como tocado, características que podemos observar en las escenas aquí representadas. Trabajó también con otros pintores como Abraham Govaerts, Jan Brueghel y Pieter Neefs II, para los que realizó las figuras de algunos de sus paisajes o interiores
Estrella Ocaña Rodríguez
La obra de Frans Franken II Noé preparando la entrada de los animales en el Arca pasa a ser propiedad del Excmo. Ayuntamiento de El Ballestero por las disposiciones testamentarias de D.
Manuel Hidalgo Garví, en una de cuyas cláusulas se decía: «Lego en pleno dominio al Ayuntamiento de El Ballestero la casa sita en la calle de D. Francisco Garví número 41 para la construcción en ella de un Museo Etnográfico con todos los bienes antiguos y de valor que hay en ellos».
La obra de Frans Franken II Noé preparando la entrada de los animales en el Arca pasa a ser propiedad del Excmo. Ayuntamiento de El Ballestero por las disposiciones testamentarias de D.
Manuel Hidalgo Garví, en una de cuyas cláusulas se decía: «Lego en pleno dominio al Ayuntamiento de El Ballestero la casa sita en la calle de D. Francisco Garví número 41 para la construcción en ella de un Museo Etnográfico con todos los bienes antiguos y de valor que hay en ellos».
Don Manuel Hidalgo recibe dicha obra, junto a otras, de su madre Doña María Juana Garví Oliver, y ésta a su vez de su hermano Don Francisco Garví, que fuera un destacado político, bien relacionado en la época de la Restauración: diputado por la provincia de Albacete de 1903 a 1905 y senador por la misma circunscripción de 1907 a 1909, fue nombrado por el gobierno de Antonio Maura Gobernador Civil de Orense, cargo que desempeñó durante unos meses en ese mismo año de 1909. Cabe suponer que a finales del siglo XIX o principios del XX compraría la obra de Franken para su colección particular, aunque no disponemos de documentación al respecto, ni sabemos nada acerca de la fecha exacta de su adquisición.
Esta obra siempre estuvo colgada en la sala principal de su domicilio en El Ballestero, y el deterioro en que se encontraba hasta ahora se debía a las malas condiciones ambientales de una vivienda en estado ruinoso. Abierto el testamento de Don Manuel Hidalgo Garví en junio de 1994, se hace inventario de los mencionados bienes y en una sala de dicha vivienda se encuentran entre otros objetos un retrato de Don Francisco Garví Oliver debido al pintor valenciano Antonio Bisquert (1906-1990) y otra obra pictórica, mucho más antigua, cubierta de polvo y de una gasa mugrienta, cuya temática y autor se dice desconocer.
La presencia en el acto de un anticuario tasador, que mostró muy poco interés por esta segunda obra, hizo que pasara un poco desapercibida hasta que, posteriormente, se descolgara y se viera que se trataba de una tabla antigua, bien ensamblada y engatillada, con un marco llamativo que hizo que finalmente se intuyera su importancia.
Algún tiempo después, Rubí Sanz y Llanos Giménez corroboraron la apreciación de Tomás Morcillo acerca de su especial interés, y aconsejaron a los albaceas testamentarios que fuera depositada en la caja acorazada del Museo de Albacete para su protección y seguridad. Desde el mismo se trasladó al Museo del Prado, en el que se confirmaría la autoría del pintor de Amberes. Desde allí vuelve nuevamente al Museo de Albacete, donde se encuentra depositado hasta el día de hoy. Ahora, y gracias a un acuerdo con la Fundación Impulsa Castilla-La Mancha, ha sido restaurada con motivo de esta exposición
Tomás Morcillo Cuenca
Noé preparando la entrada de los animales en el arca
Óleo sobre tabla / 52,5 x 36 cm
Excmo. Ayuntamiento de El Ballestero
La obra durante el proceso de restauración.
La obra tras su restauración.